La piedra

La piedra

Por Irina Doria Doria

 

La piedra es una joya de la madre naturaleza, posee una historia escrita en cada rasgo que la conforma. Su dureza es un testimonio de su resistencia; al tocarla se puede sentir la firmeza que la caracteriza. Asimismo, desafía cualquier intento de romperla, ya que al parecer está destinada a resistir los desafíos del tiempo y los elementos. 


Su forma es innegablemente deforme, como si la naturaleza hubiera jugado con ella durante siglos; sus contornos irregulares y sus defectos dan la impresión de que fue moldeada por las fuerzas geológicas en un proceso totalmente libre y creativo.

 

Por otra parte, más allá de su resistencia su superficie es rugosa y sucia, marcada por las huellas del tiempo. Las marcas de erosión y las manchas de tierra y óxido son testimonios de su exposición a la intemperie.


La naturaleza no la ha tratado con dulzura, pero en lugar de debilitarla, al parecer, estas marcas solo han añadido carácter y autenticidad a su apariencia, por ejemplo; sus bordes son puntiagudos y afilados, lo que sugiere que en algún momento puede ser utilizada como una herramienta. 


Esta pequeña piedra, sucia, deforme, roñosa y compacta lleva consigo la historia de su relación con la naturaleza y con aquellos que de alguna u otra manera la han interactuado. 

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