No se busca a nadie

No se busca a nadie

Por Camilo Marzola Vélez

 

La puerta negra con la terraza un poco alta y una rampa añadida, tiempo atrás vivió alguien en silla de ruedas, la adaptó para él, y pensar que el resto del mundo no estaba adaptado para él, (quizá por esto cada quien quiere crear su mundo). Adornada con un azul y blanco como el cielo, aunque por fuera habitan nubes grises y oscuras. Un interior con lo necesario para vivir día por día, aves dibujadas en la pared posterior, una lámpara y algo de cariño del pasado, todo eso también dibujado, ¿volverías a vivir lo que vives? Una mechera enciende fuego en la estufa de porcelana de vez en cuando, esto es el primer cuarto, que hace de sala, cocina, terraza (aunque haya terraza afuera) rodeado de un par de mesas con chócoros, un gran tanque hace de almacenamiento de agua (es la nevera pero nadie lo entiende) hay un tipo de pequeño garaje que nunca he entendido para que fue diseñado, una hamaca de pitas un poco desgastada,  pero la risas que suceden en ese primer raro cuarto, si así se le puede llamar, o mejor dicho es un tipo de alberge; trasmiten ese fuego al siguiente cuarto, separado por una cortina que flaquea de vez en cuando, quizá las cortinas necesiten descansar un poco y se hacen las caídas,  sabes, en el gimnasio me pasa lo mismo a veces, el baño no lo divide ninguna cortina, igual que la desnudes del alma. Zapatos, hojas que hacen de libros, una cama, un abanico en el techo que toca mejor que Beethoven, ropa, una cuerda unida nudo por nudo donde descansa la ropa, todos necesitan descansar de todo. Cactus engalanan el piso. Otras cosas que se me escapan. Es de madrugada y no es que tenga sueño, pero tengo la vista nublada y no puedo recordar con claridad. Hay una luz que me da claridad, por eso veo algunas cosas y recuerdo un poco quien soy. Ella y su madre esperan, día por día, ahí. No puedo trascribir el universo que alberga la puerta negra o el tesoro que esconde; o ambos en uno…

 

…Esperarla afuera mientras se arregla es cambiarle el tiempo a la realidad del reloj y esperar por escuchar el lindo sonido de la puerta negra, reconfortante. Los segundos se convierten en horas y el resto te lo puedes imaginar, pasar de un espérame afuera a recuéstate aquí para ver algo, me tomó siglos de tiempos, pero todo lo que haces vale la pena, o se convierte en una pena que debes pagar al destino. Salir entre el silencio de la noche y que lo adornara un poco la discusión constante de los primeros días, me causaba frio. Otro año esperando afuera y no entiendes por qué, después el destino bajaba un poco la guardia y puedes entender algo. Ir y venir. Discutir y parar de discutir. Silencio. Correr y correr. Comer y beber. Salir y volver. Bailar y caminar. Comprar. Preguntas y respuestas, no tan acertadas. Lágrimas y risas. Promete que no me olvidarás. Promesas. No te olvides nunca de mí. Eres importante. Deja de fastidiarme. Gracias. ¿A qué hora mañana? No tardes. Te esperaba desde temprano. Ojos, pestañas, cejas, boca, pelo, pecas, lunares, alma, espíritu. ¿Qué te pasa hoy? Descubrir. Escribir. Leer. La verdad duele. Escuchar, sobretodo escuchar. Música. Inglés, español, sé que otros en el futuro. Diamante y chocolate. Arequipe y otros dulces. Frutas. Laida. Medias. No mires. Esperar. No. Si. Descansa. Bendiciones. Regaños. Sorpresas. Helado y comida. No más comida chatarra después de esta. Los dedos meñiques de testigos. Ya es tarde. Me escribes. Me llamas. Fotos. Párrafos. Libros. Animales. Jugos. ¿Me veo bien? ¿Te gusta esta foto? Te quiero. Te amo. Nadie igual a ti. Madrugada, mañana, medio día, tarde, media tarde, noche, media noche, madrugada.  

 

Si algún día vives algo, lo que sea que vivas ¡amalo! Encender la llama del destino cuesta gastar años de intento ¡sacrifícate! Adórnate para que le agrades ¡eres mejor! Solo lo puedes hacer si consigues aprobación de algo que no escuchas aun ¡el amor! Que no ves aun ¡ten paciencia! Pero sabes que te escuchará y que verás ¡ten fe! Hoy ya no hay puerta negra, simplemente me he perdido en el universo, o buscando el tesoro que esconde; o ambos. Mañana es cuestión de mañana, pero hoy es hoy. Seguiré con la convicción de encontrarme en este universo, pues cuando estás perdido sólo te falta encontrarte, pero no te vuelvas a perder, como las fotos del otro día, o el chico o la chica de aquella vez, el hombre es hipócrita siempre, pero tiene una oportunidad. Seguimos en el esperarla de párrafo anterior, y lo anterior era algo que no se me podía pasar de describir de lo anterior. Hoy por la tarde volveré, pero mañana será diferente, ella y su madre esperan, día por día, mientras escribo.

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