Cada mañana, a las 6:00 a.m. pasa el viejo Tonny vendiendo yuca, ñame y plátano.
El vecindario entero despierta con gran alegría para ver pasar a Tonny con su algarabía.
La yuca harinosa y blanquita se resbala de la mano a la olla, esperando un masaje del suero al lado de sus tres bolas.
Mientras tanto la auyama y el ñame se asoman, bien incrédulos pensando en caer en la olla.
La auyama y el ñame siempre reclaman, porque el plátano y la yuca todos los días se bajan.
Mientras tanto el Phillips con un sólo aullido las llama, porque el viejo Tonny aún lloviendo trabaja.
Nuestro proveedor de plátanos tenía 24 días sin pasar por la casa, hoy me contó que estaba enfermo y que le habían sacado 4 muelas… Entonces le escribí esas letras para recordar lo importante que es en mi vida cotidiana.